OPINIÓN / Quién dice la verdad sobre la economía colombiana

EL OJO DEL HALKÓN CABEZOTERAM / No voy a entrar a hacer análisis como todos aquellos que se quejan por todo, sino por aquellos que piensan que todo está bien y es positivo, y me llamó mucho la atención algo que contó Aracely Morales, la gran mujer de la cultura y hermana del pintor Darío Morales acerca de lo que decía su hermano; cuando él estaba en su lecho de enfermo, pues vale recordar que murió de cáncer, pedía que le abrieran las cortinas de su cuarto y cuando entraba el sol decía “me he ganado un día más” eso lo dicen las personas positivas que no ven en todo problemas sino soluciones y que saben que todo tiene un comienzo y un fin, principiando por la misma vida, y porque hablar de una cosa tan pregunta cuándo vamos a hablar de la economía del país, porque hay que hablar de dos clases de personas, de los que son agradecidos por lo que les ha dado la vida y de los que no agradecen nunca nada.

Colombia tiene dos clases de personas muy claramente identificables: las trabajadoras, las positivas y las que tratan y ayudan a sacar al país adelante y los otros, que no quieren hacer nada, que todo lo critican y para quienes todo es un verdadero desastre.

No quiero que me interpreten, como que estuviera defendiendo al Gobierno, pero de una cosa si estoy seguro, que a pesar de las adversidades que toca vivir en el país, una guerra fratricida, con más de sesenta años, con una delincuencia común haciendo de las suyas y un grupo de personajes mal llamados ladrones de cuello blanco por la corrupción, es mucho lo que se ha hecho porque por lo que nos damos cuenta se desangra día a día al país, por parte de los testigos falsos, de los abogados malos y de aquellos que creen que el cliente más fácil de desplumar es el Estado, porque con las demandas que se le ponen al Estado son más las que se pierde que las que éste gana.

Ahora los sindicalistas siguen en la misma tónica, todo para ellos y nada para  nadie y quiero aclarar, hay sindicatos buenos como los hay malos, los que creen que con fomentar el caos las cosas mejorarán y es cuando no se tiene en cuenta que con un presupuesto no se  puede jugar y no se debe de acabar con la gallina de los huevos de oro de un momento a otro.

Mientras que sigamos pensando que la Estado hay que debilitarlo económicamente estamos equivocados, porque nos estamos haciendo un daño,  todos, y el otro caso es cuando hay funcionarios públicos que por mantener su permanencia en el sector político, se acostumbran a dar todo, en especial, a las clases menos favorecidas, sin exigirles nada a cambio.

Uno de los casos patéticos es lo de los servicios públicos, y en especial el agua, ahora con el asunto del fenómeno del Niño, el Gobierno ha pedido que se ahorre el precioso líquido y a nivel mundial se habla del cambio climático, pero los que reciben los subsidios, tanto por el agua como la luz, no les importa ahorrar y ahí si, como decía mi abuelo, “lo que nada nos cuesta volvámoslo fiesta”.

Colombia es uno de los países que ha salido mejor librado de las crisis económicas que nos han rodeado en los últimos años, pero no debemos de hacer fiesta porque en un descuido podemos caer de pronto más bajo que aquellos que están por debajo de nosotros y el llamado de atención indirecto que hizo el Banco de la República en el pasado fin de semana cuando anuncia que el costo de vida en Colombia tendrá una serie de altibajos bastante fuertes, para los que hay que tomar medidas, es bueno ser conscientes de lo que está sucediendo y darnos cuenta que apenas estamos en la cuerda floja de una economía mundial al punto de llegar a la crisis.

Muchos, entre ellos los políticos, no han tomado en serio lo que está sucediendo y por el deseo de que se les unte con la mermelada, aunque no estoy de acuerdo con este término, sino con que se les dé dinero para las regiones, tratan de incitar al descontento al ciudadano de a pie que cuando no es consciente de lo que está sucediendo cree que papá Gobierno debe de solucionar todas sus necesidades.

El presupuesto para la educación no es el que se necesita, para la justicia menos, y que decir para ofrecer una buena salud, principalmente a los niños y a las personas de edad avanzada.

Una cosa que llama la atención es el informe del DANE sobre el desempleo y a pesar de los esfuerzos del Gobierno porque el empleo sea de manera formal, el rebusque sigue siendo el fuerte, principalmente en edades intermedias y jóvenes.

Y ahora viene lo peor, el Gobierno del presidente Santos creo que no ha dicho la verdad, o no ha dicho nada referente a con que presupuesto se van a pagar los gastos del fin de la guerra en Colombia y es muy delicado porque en caso de ofrecerse ayudas a los desmovilizados hay que cumplirles, porque de lo contrario puede ser más mala la cura que la enfermedad, porque un re armamiento de los alzados en armas por incumplimiento a lo pactado puede ser muy grave y si se dedica todo el presupuesto al post-conflicto esto va a ser un verdadero caos.

Esperemos que el Gobierno esté analizando cada una de sus responsabilidades, que le pueda cumplir a los profesores lo pactado (aunque muchos no quedaron muy contentos con lo firmado) que la justicia tenga los fondos suficientes para ejercer esa verdadera justicia que espera el ciudadano que paga los impuestos y que quiere vivir en paz y que para la salud se tomen medidas seguras y drásticas para evitar que las gentes se sigan muriendo por faltad de atención médica y entrega de medicamentos.

Se me quedaba por fuera otro de los puntos álgidos y es la seguridad, porque el raponeo y la delincuencia menor se han tomado las calles y los campos, haciendo la vida imposible y no va a ser posible, aunque coloquemos la gran cantidad de policías, mientras que no eduquemos y demos buenas enseñanzas a los jóvenes, futuro del país.

Creo que no escribía de forma tan pesimista como ahora, pero tengamos en cuenta  algo, que todo lo que se quiere hacer necesita dinero y que no vamos a decir como el conformista “eso no importa, lo que se necesita es plata y plata es lo que no hay”.

rudames@gmail.com

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