“No podemos ceder espacios de seguridad»: Fernando Muñoz

Si bien cierto que estamos en medio de la negociación de un proceso de paz en Colombia, el Estado no puede suspender o ceder su deber de garantizar la seguridad, defensa y vida de sus ciudadanos; deber que se ejecuta a través de las operaciones de la fuerza pública.

Así lo consideró el exconcejal y candidato a la Alcaldía de Dosquebradas, Fernando Muñoz, al reclamar del mismo Estado y de la misma ciudadanía un mayor respaldo a la fuerza pública; principales afectados en la escala terrorista de las últimas semanas protagonizadas por el grupo insurgente de las Farc. “Con razón los colombianos guardamos prudente reserva, por no decir pesimismo por los efectivos resultados de los diálogos en La Habana; que se aproxima a los tres años y no vemos compromisos o hechos de paz de la insurgencia”.

Por el contrario, estamos retornando al oscuro momento previo al inicio del primer gobierno de Presidente Uribe, cuando permanecíamos “encerrados” en nuestras ciudades por miedo al secuestro o a los ataques de la guerrilla. “Como todos los colombianos queremos un país en paz; pero reclamamos seguridad en nuestras carreteras, en nuestros campos y en nuestras ciudades”.

Agregó el candidato a la alcaldía de Dosquebradas que no se puede olvidar la seguridad en nuestras ciudades y la guerra frontal contra las bandas dedicadas al comercio de estupefacientes, que someten a nuestros jóvenes al flagelo de la droga, cuando no son los principales detonantes de los homicidios, extorsiones y demás actos delincuenciales en nuestras calles. “Las administraciones locales no son capaces solas de librar esta lucha contra las bandas emergentes de traficantes; necesitan el respaldo decidido del Gobierno Nacional”, enfatizó Fernando Muñoz al recordar que en Dosquebradas aún está vigente la sombra del actuar delincuencias de bandas como Cordillera y otras más.

Si bien es cierto tenemos la esperanza de ser gobernantes en el posconflicto, no podemos olvidar nuestro deber de garantizar la seguridad de nuestros gobernados, con mano firme contra la delincuencia, pero corazón grande para nuestros gobernados.

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