Hay que pensar en el bien común

Pensé que a estar horas de la vida ya lo había visto todo, porque viví desde los comienzos de mi vida la experiencia de unos abuelos que migraron de Europa por los problemas de la guerra, en donde dejaron sus fortunas y parte de sus familias, también huyeron de las enfermedades que los aquejaban.

Luego viví la época de la violencia, en donde tuve que ver a muchas personas buenas como a las gentes que prestaban los servicios en algunas de nuestras fincas y que fueron asesinadas por la guerra política que ha azotado y sigue azotando al país.

Nunca creía que iba a tener que vivir una pandemia, aunque sí, cerca a mi familia murieron personas infectadas del sarampión y de la tuberculosis y vi como muchos de los jóvenes sufrieron las consecuencias de las enfermedades venéreas y mas tarde me tocó escribir y conocer casos de infectados por el SIDA.

Todo lo anterior es bastante grave y me hace reflexionar que no es de poner en la balanza o en la pesa cada una de estas situaciones para llegar a una conclusión de cual de todas es mas grave, porque cada una es importante y delicada en el momento que se esté viviendo.

Decía en una oportunidad nuestro gran “Cochise” Rodríguez que en Colombia la gente no se moría de cáncer, enfermedad que estaba amenazando al mundo por esos momentos y que no tenía remedio, sino la envidia y hoy tengo que decir que nos estamos muriendo mas de egoísmo y de falta de valores humanos que de otra cosa.

Con la llegada del Coronavirus se han hablado muchas cosas, si es peligroso o no es peligroso y recuerdo que en una oportunidad en una sala de redacción de las que trabajé en ese entonces alguien comentó que no era importante cuando en una catástrofe o en cualquier evento el número de personas fallecidas no era superior a diez, luego no fueron ni diez ni veinte las víctimas de la violencia, sino muchas más, y eso sin contar que las autoridades por lo general no dan cifras concretas al respecto.

Leía a uno de mis colegas periodistas que decía que cómo iban a suspender la Liga del Fútbol Colombiano si apenas los infectados no pasaban de doce a veinte personas, que era mas importante el evento futbolero que tomar esas medidas extremas y hoy no mas leía a otro que comentaba que el peligro del Coronavirus no era sino una falacia y un escándalo que estaba afectando a la población y al bolsillo de muchos.

Que tristeza que para muchos prime en primer lugar los intereses económicos y sociales que la propia vida, hasta el punto que la Alcaldesa de Bogotá, Claudia López, contestara a una pregunta de un reportero que le decía que si no tenían en cuenta a quienes se afectaban por la no realización de un evento cultural a lo que ella fue muy clara y dijo: “Es mas importante la salud que cualquier evento cultural”, estamos de acuerdo señora Alcaldesa y que vengan todas las medidas que sean necesarias para evitar mas infectados, personas muertas y que la pandemia se apodere del país.

Algunos comerciantes e industriales han mostrado su lado humano, mientras otros muestran la mezquindad y como me comentaban en el día de hoy, se cumple aquello “de meterse mas el lambón que el dueño de la olla” a opinar por la cancelación de gran cantidad de eventos, sin darnos pena de no seguir los ejemplos que nos llegan del exterior en donde están sacrificando lo que sea para salvar la vida.

También me decían que temían que el Gobierno cediera a las pretensiones económicas de algunos sectores que estaban exigiendo que las medidas tomadas no fueran drásticas, simplemente porque sus empresas podían correr peligro, y es verdad, corren peligro las empresas, pero el material humano que sostiene esas empresas es más valiosa que cualquiera.

Aquí no es de meterle política al asunto, es de actuar, colaborar y trabajar todos unidos porque como dice el dicho popular, es mejor prevenir que tener que lamentar.

Cualquiera dijera o lo están diciendo, que se está exagerando, creo que no porque el asunto es en serio y por un tiempo que se tomen las medidas no se va a acabar al país, sino que se va a fortalecer porque trabajando unidos vamos a salir de esta crisis.

Hay cosas cantinflescas, como las declaraciones de algunos miembros del Congreso de la República, que pedían no suspender las sesiones, porque ellos no podían dejar de trabajar por el bien del país y nos preguntamos ¿porque ahora si les dio por trabajar y cuando pueden trabajar no lo hacen?, para que se diga que son buenos y que responden al electorado y los vuelvan a reelegir en los próximos comicios electorales, esto lo califico como juego sucio.

Decía hace una semana en la columna anterior, que es necesario prevenir y no hacer que el pánico nos tome a todos, sino siendo responsables en las medidas que están recomendando las autoridades sanitarias y que quienes tenemos la obligación de informar seamos honestos y claros al dar a conocer las noticias.

Insultaban esta semana a los responsables del chat de WhatsApp del Ministerio de Salud porque no contestaban las preguntas de algunos colegas que solo por rumores decían que se aumentaba de un lugar a otro las personas infectadas; cuando en una sabia determinación el Gobierno había dicho que el único vocero para hablar sobre este tema, cuando ya estuvieran confirmadas las situaciones era el ministro de la cartera de Salud.

Algunos se quejaron de que se iban a quedar en la bancarrota si le cobraban la inscripción al nuevo canal de fútbol, lo que quiere decir que para ellos el bienestar común no tiene valor, sino los pesos que invirtieron para tener este entretenimiento, del que se puede vivir sin poner en peligro la vida.

Decía el Presidente Trump el viernes anterior que de verdad esta pandemia los había cogido, diciendo en términos coloquiales “con los calzones abajo” y es de recordar que hace unas semanas él había dicho que eso no era nada importante.

Esperamos, hacemos votos, sin fanatismos de ninguna índole, ni políticos ni religiosos ni de raza que de esta podamos salir todos lo antes posible y lo mejor, lo menos lastimados.

Termino dejándoles para que piensen lo que dice este poema de Bertolt Brecht, que nos cae como anillo al dedo para reflexionar que la violencia nos está acabando y que la indiferencia es nuestro pan de cada día:

 

“Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde

 

Primero se llevaron a los judíos,

pero como yo no era judío, no me importó.

Después se llevaron a los comunistas,

pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Luego se llevaron a los obreros,

pero como yo no era obrero, tampoco me importó.

Mas tarde se llevaron a los intelectuales,

pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.

Después siguieron con los curas,

pero como yo no era cura, tampoco me importó.

Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde.”

 

Bertolt Brecht

 

Recordemos que vale mas la salud y la vida de los ciudadanos que cualquier evento cultural, deportivo, social o de lo que sea.

rudames@gmail.com

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