Liderazgo

Para Warren Bennis y Burt Nanus, “liderazgo es una palabra que está en la boca de todos. Los jóvenes lo atacan, y por él los mayores se hacen más sabios. Los padres lo han perdido y la policía lo busca. Los expertos lo alaban, los artistas lo menosprecian, y los académicos lo desean. Los filósofos lo reconcilian (como autoridad) con la libertad, y los teólogos demuestran su compatibilidad con la conciencia. Si los burócratas pretenden que ellos lo tienen, los políticos desearían tenerlo”. Este mismo autor, da un ejemplo muy claro de liderazgo: “un negocio que tenga escasez de capital puede obtener un préstamo, y uno que esté mal ubicado puede cambiar de lugar; pero un negocio que tenga escasez de liderazgo tiene pocas posibilidades de sobrevivir”.

Para Reyes Arce y Lourdes Munch, “un líder puede definirse como una persona que inspira confianza y respeto y que posee el don de mando y la capacidad de persuasión para que la gente lo siga por convencimiento. La autoridad del líder no emana tanto del cargo que desempeña, sino de sus conocimientos, cualidades y habilidades”.

Los líderes tienen deberes. Estos son, según Chris Lowney:

Trazar el rumbo

Exponer una visión del futuro (a veces un futuro lejano) y las estrategias para producir los cambios necesarios para realizar dicha visión.

Alinear a la gente cuya cooperación se requiere

Comunicar el rumbo verbalmente y con hechos, de manera que influya en la creación de equipos y coaliciones que entiendan la visión y las estrategias y acepten su validez.

Motivar e inspirar

Infundir vigor a las personas con el fin de vencer los obstáculos políticos, burocráticos y económicos que se oponen al cambio, y satisfacer así las necesidades humanas básicas que a menudo permanecen insatisfechas. Una persona que pretende mostrarse como líder, pero su vida personal ha sido un fracaso, un desorden en lo económico o moral, no puede pretender ser un líder porque nadie lo va a seguir.

Liderazgo es la capacidad que tiene una persona de movilizar gente alrededor de un proyecto viable, donde su gran desafío es motivar e inspirar, enseñando y aprendiendo, innovando y operando más con amor que por temor. Pero, ante todo, como dice Loyola, “vivir con un pie levantado”.

Por: Francisco Cuello Duarte

cuellofrancisco@gmail.com

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