¿Revocatoria del mandato en Medellín?

EPM es la empresa pública más importante de Colombia en el manejo gerencial. Desde su fundación en 1955 actúa bajo tres columnas: rigor técnico, rigor jurídico y rigor financiero. Insobornable e infranqueable a los vicios políticos que tratan de meterle el diente, como cualquier comején en una  lámina de triplex. Pero se le caen los dientes.

Si el alcalde Quintero observó sobrecostos en los contratos Hidroituango,

su deber es denunciar para defender ese patrimonio público. Y para esto tiene dos caminos: un proceso de responsabilidad fiscal por parte de la Contraloría General de la República, que es rápido; y, el  otro, una acción contractual en los términos indicados en el artículo 141 de la Ley 1437 de 2011, que exige una conciliación previa ante la Procuraduría General de la Nación como requisito para presentar la demanda ante el Tribunal Administrativo de Antioquia y la segunda instancia en el Consejo de Estado. Pero este camino es lento. Estamos hablando de unos diez años de lucha jurídica, con un desgaste y altos costos económicos para las partes.

Este mecanismo de participación comunitaria tiene su marco legal en los artículos 40, 103 y 259 de la Constitución Política, y las leyes 131 y 134 de 1994, y la Ley 1757 de 2015. El procedimiento se puede iniciar hasta cumplido un año de la posesión del alcalde, o sea, en enero de 2021, con un apoyo ciudadano en firmas, equivalente al 30% de los votos obtenidos por el elegido. Y para revocarlo, un 40% de la votación que lo eligió. Se requiere entonces la conformación de un Comité Promotor, integrado con lo mejor de Antioquia.

La pelea no es fácil, pero tampoco imposible. En Colombia sólo ha sido exitoso la revocatoria del alcalde de Tasco (Boyacá), pero lo de Medellín sería de grandes ligas. Esto sería unas primarias presidenciales pues se enfrentarían los dos bloques del mundo político actual: la izquierda frente a la derecha. En efecto, ya veo unos mercachifles viajando a Medellín, para participar en esta batalla como en las cruzadas del siglo XI.

Las estrategias del marketing político, marketing digital, Big Data, de la comunicación y de la construcción de un mensaje que conquiste al elector, será de lo mejor del mundo moderno. Y Medellín es pionera en esta actividad. No se pueden equivocar. Esto será un terremoto político. Medellín tiene la palabra!

 

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