¡Hasta que se rompió el cántaro!

María Celmira Toro / Opinadora

La Jornada Electoral de este 29 de Mayo 2022, mostró un país de pie en rechazo a la vieja política corrupta, caudillista y excluyente que hemos tenido durante tantos años.

Por fin Colombia decidió sobre las ruinas económicas, sociales, laborales que nos aquejan desde que entregamos nuestra tierra en manos de quienes han buscado su propio beneficio en detrimento de las clases más desfavorecidas.

Hoy los desplazados de su tierra expropiada, y ya en manos de terratenientes; los infantes desnutridos de la Guajira y de tantos lugares del país, confinados a una niñez de abandono; las madres de los Falsos Positivos que aún lloran el atropello de un estado indolente y vendido que les arrebató sus hijos, sus esposos, su familia; los trabajadores ambulantes, hombres y mujeres expuestos al agua y al sol en las calles de sus pueblos en una guerra diaria por su subsistencia amenazada por impuestos, por una canasta familiar cada vez más inalcanzable; los adultos mayores cansados de sus sueños perdidos, olvidados y solos, indemnes ante un gobierno indiferente y altivo, los jóvenes sin futuro condenados al desempleo, la falta de oportunidades y todo un país, le dijo no, al abuso, a la violación de los derechos fundamentales de supervivencia, salud, educación, trabajo digno, en fin, Colombia se levantó de la postración y se decidió por un cambio que muestra el cansancio infinito que ya no se aguanta.

Lo que viene, venga como venga, será mejor que lo que hemos tenido; se vislumbra pues una esperanza, un nuevo camino.

Lo importante es que el país hoy diò una verdadera lección de democracia.

Democracia es el gobierno del pueblo, no aquel que se matricula con ideas, con gamonalismos, con políticas que llevan a una exclavittud de la cual es imposible salir y, que en nuestro caso, hemos afrontado por muchas décadas.

Democracia no es lograr el beneficio propio: es luchar juntos por vivir mejor y para hacerlo tenemos que ser ciudadanos autónomos, productivos, capaces de defender nuestras instituciones y enderezar a tiempo nuestro diario vivir.

Hoy Colombia actuó con decisión ante esa clase política atornillada en su poder, en la reiterada costumbre de vivir del trabajo honrado de su pueblo y del bienestar común al que todos, sin distinción tenemos derecho..

Al fin se rompió el cántaro y decidimos arrebatarles el poder que un día entregamos a seres indeseables que mancillaron las raíces de nuestra historia..

Que buena jornada para quienes queremos y respetamos este país tan nuestro, hermoso, único, lo más grande, lo más preciado.

Para aquellos que han vivido a expensas de nuestra economía, de nuestros recursos, de la manipulación de los entes gubernamentales, de los derechos sagrados, debió ser un día de nostalgias, de desalientos, pues ven en riesgo ese poder del cual han abusado por siempre.

Hoy es un día que promete el cumplimiento de ese anhelo patriótico que entona nuestro Himno y que no hemos podido alcanzar: “Cesó la horrible noche, la libertad sublime, derrama las auroras de su invencible luz. La humanidad entera que entre cadenas gime, comprende las palabras del que murió en la cruz”

Hay una posible esperanza con los resultados de la elección de hoy; al menos se decidió por un cambio y todo cambio guarda una promesa que esperamos sea de beneficio para nuestro país y nos permita vivir en paz en este paraíso que Dios nos entregó como la Patria que amamos y llevamos en el corazón.

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