EL DEDO EN LA LLAGA / ¡KIKIRIKIIIIIIIII!

CABEZOTE alvaro rodriguezEstoy seguro que el canto del gallo se va a escuchar en esta campaña, así asesores encubiertos, pronostiquen lo contrario. Es más, que incluso por ser animal, termine ridiculizando la campaña. No será así.

En el hebreo quiere decir: Corazón. Traduce que “a la persona le entrega entendimiento para reconocer entre el bien y el mal”.

“La imagen que es usada para esto es la del gallo que tiene la habilidad innata de discernir entre la luz y la oscuridad”.

Estoy seguro que esta vez en esta elección – así los asesores encubiertos de la herencia de Rendón y que nunca dan la cara así todo mundo les conozca su máscara – cantará más de 7 veces. Tiene un “plumaje” diverso.

Su canto se va a escuchar en esta campaña, lo repito.

No será, pues, un  Gallo fácil  de “pelar”, para seguir con la gastronomía política.

Este Juan Pablo, economista de 35 años, no tiene otro apellido  Es Gallo Maya y punto. Encarna el “cambio”, no lo han venido vendiendo así. Es el empaque de este joven que a los 15 años fue personero estudiantíl, después alcalde juvenil en 1995. Me acuerdo bien.

Hoy los eriza y les pone la piel de gallina a muchos. Lo han minimizado, comprendo. Lo han querido arrinconar, comprendo.

Es normal, entre el fragor de quien quiere vender experiencia versus la loca juventud. Pero ni lo uno ni lo otro. Estuvo en Tránsito y en Multiservicios. Se hizo bajo el fragor de sus “profesores” en política que hoy lo quieren sacar a sombrerazos.

Por fin, con dos concejales más que no esperaron  que les llegue el futuro, se adelantaron al presente en su paso por el Concejo (solo se resigna a ello, Juan Carlos). Hablo de Reinales y Yesid Rozo, tres excelentes mosqueteros. Rebeldes con causa dentro de un liberalismo enmalezado y sin abrir las puertas para que se aireara y el tóxico saliera.

Arrancó como concejal en el 2008 y por fortuna, supo dar el paso al costado en la escala técnica hacia la alcaldía. Sin pedir permiso, así ciertos “abuelos” de la política le quisieron cobrar con alevosía. Con bravuconadas del pasado como atajando reses. Como a Yesid y a Reinales.

Gallo, se hizo dando clases de matemáticas a ratos, mientras le hacía a la carrera de economía en la Libre. Concluyó postgrado en la EAFIT  y fue catedrático. Guerriándola.

En esta campaña política – Juan Pablo tiene 35 años, lo reescribo –,
comprendo, será un “gallo de pelea”. Va a morir peleando porque este es un Gallo bueno.

Sin convertir, aclaro,  la política en   “gallera” o reñidero. En un espectáculo sangriento y cruel. La política no tiene forma circular. Juan Pablo tiene ideas y sabe debatir. Propone. No es mediatintas. Como político ha dado muestra de firmeza e independencia.

Ya lo dijo con fuerza, mandando un alerta, pese a ciertos bípedos encaramados sobre sus hombros que tratarán de “desplumarlo”: “este gallito no es un pollito sino que me voy a convertir en un gallo de pelea”.
Ojo con Juan Pablo. Su canto se escuchará en toda la ciudad.

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