• Del contrasentido al error

    El ser humano está hecho para el amor, venimos de una historia imposible de acabar, de extinguir y así hayan sido muchas las dificultades en nuestras relaciones, éstas definen nuestra vida.

    No es bueno que el hombre esté solo, dijo Dios y puso en nuestro corazón una semilla de afecto, de cercanía, la necesidad del otro, de sus palabras, de sus abrazos, de su mirada, de su apoyo incondicional y seguro.

    No entendemos porqué, entonces, vivimos entre el amor y el desamor; decimos amar y no aguantamos al otro, queremos cambiarlo a nuestro antojo y si no lo logramos tomamos decisiones precipitadas, imprudentes; soluciones adversas, imponentes, que van en contra de esa individualidad tan única, tan suya y tan nuestra. 

    Pasamos del abrazo a la amenaza, de la palabra al silencio, de la admiración a la descalificación, del respeto al abuso, de la caricia a la agresión.

    ¿ Cómo podemos albergar tanta contradicción en nuestra forma de ser?.

    ¿ Como puede salir de un mismo ser tanta ternura y tanto atropello?.

    Las manos que acarician son las mismas manos que abusan, que violan, que se hacen dueñas del otro a la fuerza, que toman su intimidad y la postran, la humillan.

    No sé que se teje en cada ser, lo que sí sé, es que estos comportamientos son aprendendidos, modelados y por esta razon se afirmaron en nuestro diario vivir.

    La violencia nace, se hace, crece y se fortalece en el hogar.

    No puede haber amor cuando hay discriminacion, exclusión; cuando educamos en la permisividad a los hombres y en la liviandad a las mujeres, cuando lo que le modelamos a los hijos es maltrato, matoneo, abuso, machismo, imposición, deslealtad, desigualdad.

    El hombre y la mujer aprenden dentro del hogar los comportamientos que les distingue y los hace buenos o malos seres humanos.

    La honradez se aprende, la dignidad es una impronta que instante a instante se va quedando en nuestro ser, a respetar al otro se asimila como una forma de convivencia en familia, entre todos.

    Creimos como bueno lo que era aceptable en la sociedad donde vivímos, así fueran comportamientos aberrantes, malos, así que fuimos asimílando a nuestro diario vivir acciones denigrantes, lesivas de los Derechos Humanos, de la libertad y la honradez.

    Creimos bueno, ganar dinero y poder, a como diera lugar, así fuera a costa de la vida de otras personas, atropellando su derecho a la propiedad, a la estabilidad familiar y fue bueno,entonces, en Colombia, despojar a los más humildes de sus tierras, masacrarlos y desplazarlos y repartir entre los grandes terratenientes y poderosos sus tierras regadas con su sudor, con su trabajo.

    El poder y el dinero se entronizaron en nuestro país y nos fuimos dejando llevar por una ola de maldad que ahora parece no tener fin.

    Narcotrafico, trata de personas, masacres, invacion de tierras, disputas por áreas inmensas del pais, abandonadas del estado y codiciadas por delincuentes de cuello blanco, explotacion ilegal de los recursos naturales y ambientales, disposicion indiscriminada de los bienes patrimoniales de la Nacion feriados en favor de grandes monopolios económicos y políticos, en fin se hizo legal lo ilegal y fue bueno, lo malo, lo excecrable y hoy estamos envueltos en fanatismos políticos, en peleas, en abusos de poder; unos pocos imponiendo su ley y toda una nación silenciada por el miedo, por el abuso.

    Vemos cómo bueno, defender nuestros derechos aunque tras ello tengamos que mentir , que agredir a los otros y arrastrar sin misericordia la vida de la patria y convertirnos en gestores de una guerra sin fin, de tanto dolor, tanta miseria.

    Confundimos la pasión con el amor y dejamos a un lado los principios que rigen nuestra vida.

    La pasión es momentánea, el amor se va acrecentando momento a momento.

    De la pasión quedan cenizas, de los amores hermosos quedan huellas improntadas en el alma.

    La pasión incendia, el amor sosiego y calma.

    La pasión es impetuosa, irreflexiva, el amor es sereno, llena el alma.

    Las pasiones se apagan con los años, el amor se desborda en gratitud  y reconocimiento.

    La pasión es un destello fugaz que oscurece el pensamiento, el amor es la fuente de donde nace la eterna luz que necesitamos para vivir.

    La pasión es flor de un día, el amor es el culmen de lo eterno, la serenidad de nuestros años viejos.

    Quien actúa por pasión se impone a la fuerza, cobra sin piedad a quienes no están de su lado, pone cada vez más distancias, desata más odios, más guerras.

    Quien actúa por amor es prudente, reflexivo, humano, respetuoso, generoso, agradecido, se da sin reparos y hace de su vida un ejemplo digno de imitar, de mantener.

    Los unos deshonran su tierra, los otros la hacen grande a través de sus obras, de su verdad, de su amor y respeto por los suyos y por los demás.

     

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