• Condenado ofrece disculpas por llegar tarde a su ejecución

    Las últimas palabras que un condenado a muerte eligió para despedirse de los testigos de su ejecución agarraron por sorpresa a los presentes. “Disculpen el retraso, me agarró tráfico”, pronunció Rodney Berget, de 56 años de edad, antes de que se le aplicara una inyección letal.

    Los hechos ocurrieron en Dakota del Sur y el sentido del jocoso comentario fue el retraso con el que se haría efectiva su ejecución. Los intentos de la defensa por bloquear su sentencia provocaron una deliberación de siete horas por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos, que finalmente determinó que la sentencia a muerte era definitiva.

    Berger no tuvo reparos en lidiar con el temor de ser ejecutado con una broma que acabó convirtiéndose en parte de su discurso final, en el que también agradeció a las personas que le habían ayudado durante un proceso que comenzó muchos años atrás.

    Los hechos por los que fue ejecutado se remontan a abril de 2011, cuando Berget cumplía condena en la Prisión de Estatal de Sioux Falls en Dakota del Sur. El día 12 planeó su huida junto a otro compañero. Secuestraron y propinaron una paliza al guarda del correccional, Ronald Johnson, al que mataron y quitaron su ropa para que uno de los dos perpetradores del asesinato se vistiera como guarda de seguridad. Berget se metió dentro de un carro que era empujado por el compañero que portaba el uniforme y tras sortear una puerta de salida, fueron detenidos en la siguiente.

    El fallecimiento de Johnson aquel fatídico mes de abril se produjo el día de su 63 cumpleaños después de una carrera de 24 años de servicio y a punto de retirarse.

    Los dos asesinos fueron condenados a muerte. El compañero de Berget fue ejecutado en 2012, mientras que el último implicado falleció la semana pasada, no sin antes bromear con el retraso de su ejecución y cumplir con el deseo de su última cena: tortitas, gofres, sirope de arce, mantequilla, huevos revueltos, patatas fritas y Pepsi.

    La viuda de Johnson, el guarda fallecido, estuvo presente junto a su familia durante la ejecución de Berget. Presenció una broma que no fue de su gusto y también el momento en que hizo el gesto de la paz tras levantar los dedos de su mano izquierda.

    Berget tuvo un hermano que también fue ejecutado en Oklahoma después de asesinar a un hombre para robarle el auto.

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