• Médico usó dióxido de cloro en pacientes contagiados con coronavirus

    Una gran polémica ha despertado la noticia sobre el uso de dióxido de cloro en pacientes que tienen coronavirus, por parte de un médico en la ciudad de Bogotá. La denuncia que realizó Noticias Uno, muestra detalles de cómo se han realizado tratamientos irregulares en pacientes contagiados, por parte del especialista.

    El señalado de hacer estas pruebas es el especialista Eduardo Insignares, quien dice liderar un ensayo clínico de dióxido de cloro. El hombre, que manifestó trabajar en el Hospital San Carlos, utilizó la sustancia, ignorando las advertencias que realizó el Invima acerca de los efectos que esta puede dejar en el cuerpo humano.

    Según el Invima, el dióxido de cloro, puede generar insuficiencia hepática aguda, cambios en la actividad eléctrica del corazón, baja presión sanguínea causada por deshidratación, entre otros efectos.

    Tras la noticia, el Hospital San Carlos emitió un comunicado en donde afirma que “El Dr. Eduardo Insignares no tiene ningún vínculo laboral, personal ni comercial con la Fundación Hospital San Carlos”.

    Insignares menciona en la nota al doctor Yiovanny Andrade, que es médico contratista de la institución, información confirmada por el Hospital San Carlos. Frente a esta situación, el doctor Andrade “ya fue apartado de sus funciones y será investigado por el comité de ética” según informa la misiva.

    Ahora, en un nuevo comunicado que emitió el hospital, reiteran no tener vínculo laboral, personal, ni comercial con Insignares.

    “El Dr. Andrade manifiesta que de manera personal utilizó el producto como tratamiento debido a que él mismo fue paciente positivo para COVID-19. Por esta razón y de manera individual sugirió el tratamiento a tres pacientes, los cuales aceptaron de manera libre las recomendaciones que dicho profesional realizó en su momento y a su vez contó con el consentimiento de los mismos”. afirma el comunicado.

    Por último, el Hospital San Carlos dice en la misiva que “no avala esta práctica, no hay ningún documento oficial de dicha investigación en la institución, ni tampoco cuenta con autorización para el desarrollo de la misma. Dicho producto no existe dentro de la institución, es decir, que no se ha adquirido, ni almacenado”.

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