El presidente Gustavo Petro fijó este domingo a través de su cuenta en Twitter las cuatro acciones que considera prioritarias para hacer que la paz sea viable en Colombia.
Según el mandatario, ellas son las siguientes: «Interdicción total en zonas de masacres, dinamitar dragas masivamente en zonas de minería ilegal. Capturar a los grandes lavadores de dólares y cerrar el Estado al influjo criminal».
Y Petro concluyó: «Solo así, la paz es viable».
Las precisiones las hizo el presidente de la República al hacer eco a un comentario que hizo en la misma red social Twitter, el analista y dirigente de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, León Valencia, en donde afirmó:
«Si no se asfixia a las organizaciones criminales no habrá paz, la masacre de policías en el Huila muestra que a la vez que se ofrece acogimiento a la justicia es preciso caer sobre estas fuerzas para que se vean obligadas a cesar sus acciones».
La víspera, desde el corregimiento de san Luis, en jurisdicción del municipio de Palermo, en limites con la ciudad de Neiva, Huila, donde fueron masacrados 7 policías en una emboscada y donde dispuso retirar a los auxiliares de Policía de zonas de orden público, el presidente Petro atribuyó este saldo trágico a que los grupos armados ilegales están tratando de expandir el conflicto a este tipo de zonas que fueron cuna de las Farc hace décadas, pero que hoy se encuentran en paz.
Petro indicó que el país ganó muchos espacios territoriales con la firma del Acuerdo de Paz, pero el deber es evitar que nuevos actores del conflicto puedan ocupar estas zonas.
Al efecto afirmó que si el Estado no quiere perder esos territorios que ganó en el Acuerdo de Paz, tiene que «desarrollarlos y volverlos prósperos”.
En el caso de esta zona del Huila dijo que se tienen que hacer esfuerzos en salud, en temas de conectividad —que es educación— y en la carretera.
De hecho, aseguró que no se trata de “regiones marginadas”, sino que “son marginadas por obra del gobierno, pero geográficamente tienen un sentido” y sustentó: “Esta región de San Luis, Chapinero y Aipecito está situada en el corazón entre este río Magdalena y el océano Pacífico, entonces tienen un sentido. No por nada están habitadas”.
Finalmente, sobre su diálogo con la comunidad de San Luis comentó: “Lo que he encontrado es un campesinado trabajador, una juventud con ganas de hacer cosas positivas para Colombia, una historia que indudablemente hay que reconocer valorar y entender, y una región que podría ser una riqueza nacional en términos de belleza natural y en términos de producción agraria, pero que hay que defender, hay que cuidar, hay que entender y hay que hacerla próspera”.